
11
Una revisión sobre el modo
híbrido de conducir la guerra
ISSN: 2520 - 7628 (Impreso), 2789-2514 (En línea)
ambigüedad, que puede incluir lo que fue tratado sobre la frontera entre la paz y la guerra. La
asimetría es la tercera característica, es decir, la capacidad entre los actores estatales y no estatales
es desigual. En esa cuestión, la ventaja es relativa, ya que los actores no estatales pueden lanzar
ataques por medios ilegales, criminales y terroristas, en cambio los actores estatales están limitados
por las normas legales para contraatacar. La cuarta característica es la innovación disruptiva en los
niveles tácticos u operativos, que ayuda a lograr la sorpresa estratégica. Finalmente la quinta
característica es la batalla por la conquista de la población objetivo, por medio de la narrativa, la
percepción y la superioridad moral (Yan, 2020).
Un término bastante utilizado es el de amenazas híbridas, principalmente en los
documentos y en iniciativas de estrategia de seguridad de los países occidentales. La OTAN, por
ejemplo, posee una estrategia para contrarrestar las amenazas híbridas y hay un Centro de
Excelencia Europeo para la Lucha contra las Amenazas Híbridas. De igual forma, existe una
Revisión Estratégica de Defensa y Seguridad del Reino Unido, de 2015, en que las amenazas
híbridas son clasificadas como un riesgo para la seguridad nacional, así como son riesgos los
ataques híbridos contra los aliados (Monaghan, 2019).
Por lo tanto, es posible verificar que las peculiaridades del componente militar en este
método incluyen diversas acciones. Estas son las que siguen: (a) la transición del control estratégico
al control de combate operacional; (b) la transición de las responsabilidades primarias de combate
a entornos cibernéticos y aéreos; (c) los medios de combate cada vez más basados en la
robotización, y (d) los conceptos de sigilo y el combate a distancia. También implica los aspectos
siguientes: (a) la formación y el uso de complejos sistemas automatizados; (b) el amplio uso de
armas no letales efectivas; (c) el empleo creciente de grupos de milicias irregulares; (d) el aumento
relacionado de las acciones de combate asimétricas; la participación de las Fuerzas Especiales, y;
(f) el empleo de la guerra electrónica, psicológica y de información, a través de activos cibernéticos
(Danyk et al., 2017).
b) No hay unanimidad en los conceptos sobre el tema
En la búsqueda de una comprensión de la guerra contemporánea, hubo un incremento de
la cantidad de nuevos términos y conceptos en relación con este tema, como guerra de cuarta
generación, guerras compuestas, conflictos asimétricos, revolución en los asuntos militares, etc.
Así, las críticas al modo híbrido de conducir la guerra empezaron a aumentar. La razón es que los
conceptos dan forma a la comprensión de la defensa, a las Fuerzas Armadas, a las doctrinas, pero
una interpretación errónea de un concepto puede producir un costo muy alto, porque genera
confusión y se interpone en el camino del pensamiento estratégico (Caliskan, 2019).
Este modo híbrido no cambia la naturaleza de la guerra, ya que la violencia sigue siendo
importante, como en cualquier otra forma de guerra, así como el objetivo es el mismo de cualquier
otro acto de guerra. Sin embargo, la gran cantidad de terminologías, como no convencional, no
lineal, guerras grises, además de las otras ya abordadas, refleja las dificultades que siguen teniendo
los estrategas y los académicos para categorizar los complejos conflictos armados del siglo XXI. Si
la red de definiciones es ampliada, el concepto se vuelve demasiado abarcador para ser de alguna
utilidad práctica (Wither, 2016).
Otro término utilizado es guerra política, que es similar, más no idéntico al modo híbrido.
A veces, son utilizados como sinónimos, puesto que hay una gran superposición en los instrumentos
y métodos necesarios para cada uno de ellos. El modo híbrido puede apuntar a objetivos militares y
políticos, mientras que la guerra política apunta directa y exclusivamente a los sistemas políticos y